Pues estamos otra vez por aquí...ha pasado otro mes, ¡cómo pasa el tiempo....!, ya estoy otra vez visitando la cocina de un@ amig@. Esta vez me estoy paseando por el blog de mis buenas amigas Elena y Nieves.
He elegido esta receta porque recordaba que cuando la ví el pasado verano en su blog "La cajita de nieveselena" me pareció fantástica y, estoy segura, de un sabor espectacular. Es un postre de los que quedar bien en cualquier celebración. Yo también lo recuerdo de las bodas a las que asistía cuando era pequeña. En esta ocasión he prestado un poco más de atención y veo que este postre lo ha hecho Elena pero cualquiera de las dos componentes de La cajita de Nieves y Elena cocinan igual de bien. Las dos decididas, inteligentes....y con una fuerza en su interior muy muy grande....cada una a su estilo pero... ¡qué buen equipo hacen! ....hasta el infinito y más allááááááá...
Ahí os dejo con su receta, disfrutad:
25 de julio de 2013
Todavía recuerdo la primera vez que oì hablar de este postre, no precisamente con este nombre, sino como helado en soufflé. Tendría yo unos 8 años, cuando un domingo por la mañana, mis padres nos empezaron a contar entusiasmados el menú que les habían servido en una fiesta la noche anterior. No recuerdo el resto del menú, pero si recuerdo la narración de mi padre sobre ese postre horneado que descubría en su interior un helado. Años después lo he podido tomar en un par de ocasiones, pero no mas, ya que lo que podía ser una novedad a finales de los 60' ahora pasa a engrosar la lista de las mal llamadas recetas viejunas, y que yo revindico desde aquí.
A no ser por el Whole, ni siquiera creo que este postre hubiese vuelto a mi memoria, pero hete aquí que Whole Kitchen en su propuesta dulce para el mes de julio nos invita a preparar un Baked Alaska.
Básicamente el Baked Alaska es un helado sobre una capa de bizcocho y cubierto por un merengue y horneado (soufflé).
Y esto es lo que nos cuentan en el Whole sobre esta receta:
El nombre de Baked Alaska se lo dio el
chef francés del Restaurante Delmonico’s de Nueva York, Charles
Ranhofer, que en 1867 creó esta tarta para celebrar la adquisición de
Alaska por parte de Estados Unidos, en la que el merengue imitaba a la
nieve de esta isla.
A pesar de que el nombre se lo dieron
en 1867, hay muchas dudas sobre el origen real de este postre. Hay
versiones que indican que se originó en China, otros opinan que fue en
Estados Unidos y otros que fue Francia donde se creó este magnífico
plato helado.
La versión estadounidense indica que
durante la presidencia de Thomas Jefferson, en 1802, se sirvió un helado
envuelto en una masa caliente que fue el precursor del Alaska.
En 1804, Benjamin Thompson Rumford,
también experimento con las claras de huevo y en su investigación, llegó
a un plato que denominó Tortilla sorpresa, en el que el helado también
iba envuelto en merengue y horneado, aquí se demostró la capacidad
aislante de las claras de huevo.
También los franceses han querido
hacerse “dueños” de esta receta y aseguran que fue Balzac quien lo
introdujo en el país gracias a un chef chino que le enseñó a preparar un
helado envuelto en hojaldre crujiente que poco a poco fue derivando en
la envoltura de merengue.
En 1895 el Chef del Hotel París de
Montecarlo, bautizó al Baked Alaska como Omelette a la norvegienne, lo
que hizo que este postre se hiciera popular en Europa.
Todo esto lleva a pensar que se hizo
popular gracias al restaurante Delmonico’s pero que llevaba muchos años
presentándolo como postre de grandes banquetes, ya que no fue hasta
1896, que no apareció por primera vez en un libro de gastronomía, fue en
The Original Fannie Farmer.
Por supuesto que nosotros podemos preparar el bizcocho y el helado
casero, pero yo he optado por unos ricos sobaos de base y un helado de
tiramisú.
Ingredientes:
- 6 sobaos estrechos (la cantidad dependerá del tamaño de los mismos)
- 1 helado de tiramisú de 900 ml.
- 6 claras de huevo
- 300 gr. de azúcar
- 250 ml. de agua
- cremor tártaro
- azúcar moreno para espolvorear.
Preparación:
Precalentamos el horno a 200º y preparamos una base de bizcocho del
mismo tamaño que el helado que vayamos a utilizar, yo he utilizado unos
sobaos. Dejamos en espera.
Preparamos un almíbar poniendo en un cazo el azúcar y el agua y dejando
hacer a fuego lento hasta lograr un almíbar a punto de bola, esto es que
si retiramos una cucharadita y lo dejamos enfriar, cogiendo un pellizco
con los dedos podemos hacer con él una bola.
Mientras va cociendo el almíbar, montamos con las varillas las claras a
punto de nieve con una pizca de cremor tártaro para darles estabilidad.
Cuando estén las claras con una consistencia casi sólida, vamos
incorporando poco a poco el almíbar en caliente sin parar de batir con
las varillas hasta que el merengue esté firme.
Sacamos el helado del congelador y lo colocamos sobre la base de
bizcocho. Yo he usado uno de tiramisú. Podemos usar el sabor que más nos
guste, pero teniendo la precaución de que case bien con el merengue.
Cubrimos completamente con el merengue, con la precaución de que no
quede ningún sitio sin cubrir, pasamos un tenedor para hacerle algunos
picos y espolvoreamos azúcar moreno por encima.
Metemos inmediatamente al horno durante 5 minutos sin perderlo de vista, ya que en cuanto el merengue tenga un color dorado es el momento de sacarlo y servir inmediatamente. En lugar de hornear se puede flambear con algún licor que nos guste o quemar directamente con un soplete.
Yo tenía mis dudas al principio, de hecho metí el postre con miedo en el
horno, pero aunque parezca mentira el helado está completamente entero
cuando nos lo comemos, y el contraste del merengue caliente con el
helado y el bizcocho es exquisito.
No me dí cuenta de hacer la foto del corte inmediatamente, la hice cuando ya nos habíamos comido la primera ración, pero pongo la foto para que veáis, que el helado está intacto.
No me dí cuenta de hacer la foto del corte inmediatamente, la hice cuando ya nos habíamos comido la primera ración, pero pongo la foto para que veáis, que el helado está intacto.
Bon appétit
siempre me han alucinado estos postres que llevan helado y que son de horno, como dice Elena, ¡que miedo! pero un día tengo que intentarlo.
ResponderEliminarMuy buena elección Mar ;-)
muacs
Nieves
Me suben los colores con las cosas que has dicho de Nieves y de mí. Gracias Mar, eres un encanto. Me alegra que hayas elegido esta receta, porque cuando la hice me trajo infinidad de recuerdos, no sólo por recordar este postre, sino por recordar a mi padre.
ResponderEliminarBss
Elena
Las chicas Toy´s story !!!!! jajaja, recuerdo que lo vi cuando estuve buscando la vez que me tocaron ...... lo de las recetas viejunas me encanta...
ResponderEliminarBesos
umm qué pinta más deliciosa. Esto lo apunto para probarlo. Un beso!
ResponderEliminarMar..me has recordado a los tiempos de los dinosaurios..cuando era niña era de lo más cool comer este postre y mira tú...ahora creo que me tendría que animar a comer uno...o hacerlo ;)..estoy perezosa..pero dices que el helado sigue entero después :) ummmmmm..esto tengo que comprobarlo yo con mis ojitos!!!
ResponderEliminarGracias por refrescar los recuerdos de esta viejecita :)
Muasss preciosa!!!!!